Poder decir adiós es crecer

DSC_0994

Foto by Manuel Morillo (@fotosyemocion)®

2015 está a punto de irse, en breve, será historia, se esfumará, y empezará a formar parte de tu vida, de tu historia.

Antes no lo había hecho nunca, al menos no así, pero este año siento la necesidad de que ahora que acaba el año, se me hace más  imprescindible que nunca hacer balance de él, así que hoy, que sólo faltan  unos días, unas horas para que este 2015 forme parte de nuestra, de tu historia, ha llegado la hora de hacer un repaso por estos 365 días que están a punto de apagarse.

No me limitaré a hacer simplemente un balance personal, sino que también haré un repaso por mi lado profesional. ¿Qué tal si nos ponemos a hacer un balance de qué metas teníamos al comienzo del año, qué desafíos han aparecido a lo largo del mismo y qué es lo que hemos logrado o conseguido? Si no sabes cómo hacer para que tu “balance” del año sea constructivo, de modo que te ayude a plantear las metas para este 2016, empieza por preguntarte y cuestionarte, si algo he aprendido yo en este tiempo es que nada ayuda más a avanzar, o al menos, a “remover” consciencias que las preguntas.

Coged lápiz y papel, tomaros vuestro tiempo para contestar, no dejéis que nada ni nadie os interrumpan, apartad vuestro teléfono, ese que llamáis “inteligente” que seguro que hará lo imposible porque le prestéis más atención a él que a vosotr@s mism@ y empezad a disfrutar de este viaje que os ayudará no sólo a conoceros mejor sino que seguro, os proporcionará pautas para plantearos vuestro futuro más inmediato: 2016.

¿Estáis list@s? ¿Me acompañáis en este recorrido? Empezamos!

  • ¿Qué deseos teníais para 2015? Y ¿Cuáles de ellos habéis conseguido? Seguramente os costará volver doce meses atrás, pero debéis hacer un esfuerzo por saber quién eráis un año atrás y quienes sois ahora que este año se escapa, escribid todo lo que se os venga a la cabeza, por insignificante que os pueda parecer puede daros pistas para enfocaros en vuestros objetivos para este año nuevo.
  • De los objetivos que habéis cumplido ¿cuáles os hacen especial ilusión? ¿Y por qué? Muchas veces ni siquiera nos paramos a pensar en el camino que hemos recorrido hasta lograr esas metas, y en cuantos “dolores de pie” nos ha costado esa caminata, al responder a estas preguntas tomaréis consciencia de lo que supone todo ese esfuerzo y todas las energías gastadas en el viaje.
  • ¿Qué y a quienes tenéis que agradecer en 2015? Practicar la gratitud es un ejercicio fantástico que nos ayudará a tod@s a ser más optimistas, además de tomar consciencia de lo que tenemos y el valor que tiene. Así que hacedlo,  hazlo, agradece sinceramente a todo aquél que te haya escuchado, apoyado o ayudado en esta etapa del camino.
  • ¿Qué errores hemos cometido este año, en vuestra faceta más personal y también por qué no, en la profesional? Pero sobre todo, contestaros a cómo volveríais a enfrentaros a esta situación, si lo volveríais a hacer igual, o qué cambiaríais, qué estaríais dispuest@s a hacer diferente para obtener un resultado diferente.
  • De los objetivos o metas que considerábamos importantes, ¿Cuáles hemos logrado? ¿Os habéis dado cuenta por el camino de aquello que no era realmente importante para vosotr@s? Muchas veces nos planteamos metas que no son realmente importantes y que colocamos en los primeros lugares de nuestra lista, y luego, con el paso del tiempo, nos damos cuenta que no son coherentes con nuestros valores y/o principios. Aprender a reconocer lo significativo, lo trascendental para nosotr@s mism@s también es una meta en sí, así que trabajadlo.
  • ¿Qué cosas no nos han funcionado y  qué otras estamos dispuest@s a dejar ir, y/o dejar de hacer? Al igual que en el punto anterior, descubrir que algo ya no funciona para nosotr@s es revelador y en cierta forma hasta puede quitarnos una gran peso de encima. ¿Por qué tener objetivos o metas sólo porque “deberíamos lograr” esto o aquello? ¿Quién lo dice? A veces no son más que estrategias o acciones que nos convencemos que deberían funcionar para nosotros y en definitiva, terminamos dándonos cuenta de que no es así, y que sólo nos lo planteamos por convencionalismos.
  • ¿Quién éramos profesionalmente hablando y quien somos ahora que termina el año? ¿Hemos evolucionado como profesionales o seguimos estancad@s en el mismo terreno en el que ya estabámos? Preguntémonos si hemos cambiado, mejorado, si nos hemos estancado o empeorado quizás en algún aspecto de nuestra trayectoria profesional. Seamos sincer@s porque vale la pena confesarnos si estamos siendo la mejor versión de nosotr@s mism@. Y digo esta versión porque puede que queramos mejorarla o no nos guste y queramos cambiarla, quizás en el próximo año podamos lograr tener una nueva versión de nosotr@s mism@s. Pero, mientras tanto, necesitamos saber quién somos hoy.
  • Si tuvieras la posibilidad de mirar a través de un espejo y poder verte como si fueses otra persona, ¿Qué le diríamos a esa otra persona? ¿Qué consejo le darías a tu «mejor amig@»?
  • Y por último, la pregunta estrella, ¿Quién queremos ser en los próximos doce meses? ¿Qué vamos a hacer para conseguirlo? ¿A qué estamos dispuest@s a renunciar para conseguirlo? ¿Con qué recursos contamos para lograrlo? ¿Y si no funciona… qué más vamos a hacer?

Una vez respondamos a todas estas preguntas, podremos plantearnos nuestro propio plan de acción, pero más allá de cómo lo hagamos, es imprescindible saber con qué herramientas o recursos contamos y sobre todo, desde qué kilómetro partimos en esta carrera, no es lo mismo empezar desde el Km «0» que llevar ya algunos metros recorridos. Eso es, ni más ni menos, qué herramientas y recursos podemos aplicar a la versión que hoy somos de nosotr@s mism@s.

Al comenzar a escribir este artículo pensaba que mi 2015 iba a pasar a la historia con más penas que glorias, ha sido un año complicado en lo personal e infinitamente complejo en lo profesional, pero después de responder a estas preguntas, después de hacer balance de este 2015, me quedo con que algunas metas se quedaron por el camino porque no significaban nada para mí o me aportarían poco o o más bien, nada; otras fueron surgiendo por arte de magia y me han ayudado a ser la que soy, hoy por hoy, aún estoy pendiente de lograr esa mejor versión de mi misma (personal y profesionalmente), pero si me tengo que quedar con algo, es en primer lugar,  con el aprendizaje, con todo lo que me has enseñado 2015, y en segundo lugar, con la gente maravillosa a la que he conocido y hoy tengo la suerte de tener a mi lado, con los miedos vencidos y las fortalezas “recuperadas”. Así, que no puedo dejarte ir, sin darte antes las gracias, ahora sí,  ya te puedo dejar partir, pensaba que no me habías aportado nada, pero me doy cuenta de que me has enseñado mucho más de lo que creía, hasta siempre 2015…

«Poder decir adiós es crecer» Gustavo Cerati

Responder a Anónimo Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

7 ideas sobre “Poder decir adiós es crecer”

A %d blogueros les gusta esto: