Yo creo en personas

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No, yo no creo en gurús o líderes, sino que creo en las PERSONAS.

No, no creo en aquellos que un día vieron como sus seguidores de Facebook y Twitter crecían  como la espuma contando siempre lo mismo, y que terminaron creyendo que eran los mejores, aquellos que marcaron un antes y un después, porque vestían Twitter o Facebook de frasecitas cursilonas y reclamos de colores.

No, no creo en los que dicen que fueron los pioneros porque nadie antes se atrevió a dar el paso, no creo en aquellos que se tildan de valientes y emprendedores y se creen los primeros colonizadores de la cima, aquellos que hablan de las RRSS como la panacea universal o como la única solución al desempleo y la empleabilidad, aunque evidentemente no hay que menospreciar la función que desempeñan y el valor que pueden llegar a aportar a nuestra marca personal y a nuestro éxito profesional.

No, no creo en ellos, porque no creo en vendedores de humo ni en encantadores de serpientes, esos que han proliferado como hongos y que intentan hacernos sentir “pequeñitos” porque no tenemos  sus mismos seguidores en nuestros perfiles.

Aquellos que aparecen siempre en la foto, no son siempre los mejores, porque buenos profesionales hay en todos sitios, en grandes y pequeñas empresas, en multinacionales o como pequeños autónomos que cada día desde la humildad y el trabajo intentan crecer y vender sus ideas, yo creo en las PERSONAS, en aquellos que han llamado mil y una vez a las puertas de otr@s y les han dado con éstas en las narices y aun así, siguen armándose de paciencia y valor para volver a probar otras fórmulas.

No, no creo en líderes y en gurús, creo en PERSONAS a las que les gusta compartir con otros, esos que te tienden la mano, y esos que nunca están de vuelta de nada, y que siempre piensan que pueden aprender algo nuevo aunque venga de la mano de uno aprendiz.

Los llaman gurús, líderes, pero no hay que olvidar que muchos simplemente han aprovechado la inercia de la ola, son listos que han encontrado su momento, estaban ahí en el lugar adecuado y el momento adecuado, en eso debo darles la razón, han sabido venderse mejor que nadie, y de ell@s hay que quedarse con lo bueno y también aprender de sus aciertos.

Yo creo en PERSONAS, esas a las que ante todo, les gusta el cara a cara, esas que crean dentro y fuera de su entorno las circunstancias que atraen la suerte, en esas que no dejan de aprender y a las que no les cuesta levantarse una y otra vez después de cada caída o tropiezo, aprendiendo de cada obstáculo y reconociéndolo desde la humildad, yo creo en personas que se atreven a tirarse a la piscina sin apenas saber nadar y con el miedo suficiente para agarrotarles hasta el corazón pero que terminan enfrentándose a él, creo en l@s valientes que levantan la mano y preguntan, aquellos que se guardan la vergüenza y el sentido del ridículo a pesar del aforo, y también creo en esos que a pesar de la nube de seguidores siempre están ahí para agradecerte tu colaboración, sería injusta si generalizara, porque yo también he encontrado a PERSONAS sin miedo a compartir sus contenidos porque entienden la Red como un entorno colaborativo y de participación, esos que sin compensación alguna están siempre dispuestos a darte un consejo y un empujón, porque a pesar de los GURÚS también hay PERSONAS (antes que nada)-(muy) PROFESIONALES.

Hace unos meses invité en Linkedin a una persona con «bastante buena reputación» y con miles de seguidores en sus redes sociales a formar parte de mi red de contactos, se mueve en mi ámbito profesional, los Recursos Humanos, alguna vez había leído sus artículos y me parecía que podíamos compartir sinergias profesionales, así que escribí una presentación personalizada y le expliqué los motivos por los que quería tenerlo como contacto. La respuesta no se hizo esperar, me dijo que sólo aceptaba invitaciones de personas que conociera personalmente, que no compartía esos motivos que yo alegaba, y que en definitiva, no aceptaba mi invitación, algo así como, «ya tengo suficientes contactos», pero si quieres puedes seguirme en mi blog y otras redes… creo que sobran más palabras, simplemente agradecí su contestación y me limité a buscar sinergias reales con otros profesionales.

Ésto se quedó en mi retina como una simple anécdota porque este año atrás he conocido a muchas de esas PERSONAS con mayúsculas, que no sólo me han apoyado sino que se han ofrecido a compartir conmigo, desde la sencillez y la humildad, gente muy grande, que me han tendido su mano para caminar de nuevo en el ámbito profesional y que me han dado su opinión y consejos de forma desinteresada. Estoy convencida que seguiré compartiendo con tod@s ell@s durante estos próximos meses. También sé que queda gente interesante por conocer, con ellas quiero hablar y escuchar, trabajar, compartir, aprender, equivocarme (equivocarnos) y reír (reírnos), debatir, y dar mi opinión, en definitiva, escuchar a otr@s, dentro y fuera del trabajo.

Decía mi abuela, que es de ser bien nacidos el ser agradecidos, y que todo lo que damos nos viene de vuelta, así que GRACIAS a todos los que habéis confiado y roto lanzas en favor de otros, entre los que me encuentro, el camino es más divertido con vosotros al lado y las piedras son menos piedras en este viaje, gracias en definitiva, por confirmarme que hago bien en creer  solo en PERSONAS.

 

«Lo mejor que se puede compartir es el conocimiento» Alain Ducasse

 

Foto by Manuel Morillo

 

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