Si alguien se dispone a leer este artículo pensando que se va a llevar una lección sobre marca personal y personal branding, quizás se haya equivocado de artículo y de autora, o no. Partamos de la base de que yo no soy una reputada experta en marca, para eso hay ahí fuera gente estupenda e infinitamente mejor documentada que yo, buques insignias en esta materia como Eva Collado Durán, Andrés Pérez Ortega , Guillem Recolons o Elena Arnaíz
Mi intención, no es otra, que contaros mi experiencia personal, contaros cómo ha influido mi #marcapersonal en mi vida profesional, en mi día a día, en la oficina, en mis procesos de búsqueda de empleo y en mi desarrollo como profesional del área de Gestión de Personas.
Y allí estaba yo, a primera hora, vestida para la ocasión, con vestido, americana y zapatos de tacón que a duras penas me permitan andar con cierta naturalidad, sentada, ojeando un catálogo con los servicios que ofrecía aquella empresa, ensimismada, intentando absorber cualquier información privilegiada que me catapultara a la fase final de aquel proceso de selección.
Llegué a aquella empresa a través de un portal de empleo en el que me inscribí, me llamaron la atención el puesto y las funciones, era algo que no había hecho hasta entonces, pero que creía podía desarrollar sin problemas gracias a mi experiencia y a mis competencias profesionales. Como siempre, me informé sobre la empresa, buceé en su web, miré en foros de opinión y pregunté a algunos compañeros de RRHH que vivían en la zona donde estaba ubicada la central. Las referencias no fueron todo lo positivas que me hubiesen gustado: sector con una alta rotación, relaciones entre empresa y trabajadores muy sindicadas, sueldos no muy altos… aún así, seguía interesada en aquella oferta.
¿Mercedes Romero? y aquella voz grave me sacó de mi ensimismamiento, poniéndome de pie de un salto -Sí, soy yo- Soy «fulanito de tal», Director de RRHH de XXXX.
El tal fulanito no tardó en desplegar sus dotes de jefazo y su repertorio de preguntas inquisitorias nada más sentarme frente a él.
- ¿Qué haces aquí… tu perfil no es exactamente el que buscamos?
-No sé, dígamelo Ud.- alcancé a decir con voz temblorosa, me ha seleccionado Ud. o alguien de su departamento o de su equipo, supongo que algo le habrá llamado la atención de mi expediente profesional –
-Sí, la verdad es que quería conocerte personalmente, tu perfil me ha resultado muy curioso, tienes un blog y escribes en internet…- (Ya que le pareciese «curioso» de toda mi trayectoria profesional se resumiera a que escribía en un blog me dejó un poco, cuanto menos, expectante)
- ¿Qué crees que puedes aportar a la empresa si ni siquiera tienes experiencia en un sector como el nuestro?
Creo que no había empezado a contestar cuando el entrevistador, el Fulanito de tal, volvió a insistir…
- Volvamos, volvamos a tu faceta pública, ¿cuánto cobras por escribir en el blog, eso te da dinero? ¿cuánto?
La verdad es que no, lo hago por puro placer, porque me gusta escribir y creo que mis contenidos pueden resultar interesantes a otros profesionales …
- Pero, el blog ese puede ser un alma de doble filo, vamos, un sitio donde poner verde a las empresas, ¿no?
Sinceramente, mi blog no ha nacido con esa finalidad, es un sitio donde compartir artículos, información y experiencias.
–Sí, sí, eso está muy bien, pero si estás en las redes sociales, si eres visible de cara a mucha gente, puedes aprovechar y utilizar la información que te plazca sobre la empresa, con el puesto que tú tendrías aquí, y la información que manejaras puedes desatar una tormenta y echar por tierra los cimientos de cualquier empresa-
- Además, si estás en internet, estás en un escaparate, para que te iba a contratar esta empresa y te iba a formar si luego te podrías ir con cualquiera que te hiciera una contraoferta…
Salí de aquella entrevista con dos cosas claras, primero, que una empresa así nunca contaría con una profesional como yo, y segundo, que aunque lo hicieran, sería yo quién no trabajaría en un lugar así.
Aquella empresa no veía en mi y en mi marca personal una ventaja competitiva o un valor añadido, sino más bien, una amenaza o quizás, muchas.
Después de aquella entrevista, hubieron otras tantas donde también se hizo hincapié en lo que podría aportar mi marca personal a la empresa, pero sobre todo, también se insistió en lo que podría perjudicar a la organización.
Seguramente, mientras me lees, se te plantea, al igual que a mi se me planteó en su momento el dilema de ¿Cuándo utilizar mi marca personal o cuándo ponerme la camiseta de la empresa? ¿Tendría yo que ocultar mi marca? y… en todo caso, ¿podría ocultar ahora mi marca personal después de años haciéndola visible?
Como todo en la vida, ésto es una cuestión de elección y/o decisión, a pesar de estas experiencias, yo he decidido apostar siempre por mi marca personal, ¿quieres saber por qué?
- Porque mi marca me aporta un valor añadido como profesional, con ella no pretendo lucirme ni sobresalir más que la empresa, quién piense así, va sobrado de ego, y además no concibe esta conexión como una relación win-win.
- Mi marca no es el reflejo de ningún personaje, es el fiel reflejo de quién soy, con ella enseño al mundo qué sé hacer y cómo lo hago. No se trata de posturear y de compartir sólo tus artículos, estar en redes por estar, la clave está en saber dar valor al contenido de otros (también hablo del contenido de empresas), quizás más que a los tuyos propios. Sé bondadoso, sé tú o terminará comiéndote tu personaje. Recuerda, tu marca es tu reputación. (y aquí hablamos de algo muy serio, de tu reputación profesional).
- Sí, es mi marca, pero puedo llegar a ser el mejor embajador de la tuya.
- Al final , las personas confían en otras personas, la marca no es más que la huella que dejamos en otros, a la gente (y a las empresas y organizaciones) normalmente no les interesa sólo quienes somos sino lo que podemos llegar a hacer por ellos. Si no hacemos bien nuestro trabajo, la marca personal que hay detrás no tiene ningún valor, se desvanece, se esfuma. Marca personal es más que una herramienta de visibilidad, pero luego tienes que saber hacer tu trabajo.
- Si decides, cómo yo, apostar y trabajar tu marca, ten por seguro, que con el tiempo recibirás propuestas laborales muy interesantes, atraerás a empresas que quieren realmente contratar tus servicios y que buscan para sus filas a gente como tú, gente que aporte ese algo diferente. Son empresas que no tienen miedo a que la marca de su colaboradores se coma a la suya, porque saben que éstos siempre suman, y que son la otra cara de la misma moneda.
«No negocies tu autenticidad a cambio de una mirada de aprobación» Jorge Bucay
14 ideas sobre “Cuando tu marca personal (no) gusta a las empresas”
El problema que me encuentro en las entrevistas es al final cuando se miran el CV y ven que llevo desde Septiembre del 2011 sin trabajar. Esto les ayuda muchísimo a tomar la decisión de prescindir de mi experiencia. Se be que el problema es mio, no me dejo contratar porque cobrando la prestación de 400€ me da para vivir muy bien.
En este mercado laboral, si no usamos las redes sociales y demás medios ¿cómo vamos hacernos visibles entre tanta gente?, es un escaparate como el de cualquier tienda que para vender necesita mostrar lo que tiene.
Si es cierto que hay que cuidarse mucho cuando uno de su opinión sobre algo porque no todos opinan lo mismo, pero tampoco respetan las opiniones de los demás.
Muy buen articulo Mercedes.
Marise, lo normal sería que dijéramos lo que pensamos sin que esto molestara a la persona que nos quiera contratar, porque lo que no podemos hacer es fingir porque tarde o temprano sale nuestro carácter y es normal que pensemos diferente y ésto no debería ser malo, sino todo lo contrario, enriquece al grupo.
Estoy de acuerdo contigo Jose, siempre la verdad por delante, pero si es cierto que hay que cuidar las palabras y el tono con el que podemos hablar o expresarnos de un cierto tema en las redes sociales. Pueden llevarse una idea equivocada o una mala impresión de nosotros simplemente por un mal comentario en un día de cabreo, y eso es a lo que yo me refiero.
Gracias Mª José por comentar el post, y por supuesto, estoy contigo en tu reflexión, las redes sociales son un altavoz fantástico y trasmiten todo, tanto lo bueno como lo malo, así que seamos coherentes si las utilizamos en nuestra búsqueda de empleo. Saludos!
Tienes razón María José, el tono es muy importante, la gente esta muy susceptible y a veces comentarios sin ninguna maldad, son tomados como agresivos.
Hola Mercedes, muy bueno tú artículo y tú opinión. Creo que la cultura de muchas empresas está en status quo que debe cambiar y no comprende cómo cambió todo en 20 años para acá, la gestión actual tiene otras necesidades y uno como persona necesita evolucionar, así de simple. Las empresas que lo comprendan son las que son interesantes para sumarse a ese proyecto, las que te rechazan lo hacen por miedo. Cuando tenía 21 años trabajaba desarrollando equipos de alarma, un día pido contratar personal y así lo hice con solo 21 años. En una de esas veces seleccionó a un ingeniero por lo que veía que podía aportar. Me llaman de la gerencia y me dicen… Alejandro, seleccionas a un hombre que seguramente pueda ocupar tu puesto de trabajo, ¿estás seguro?…. Por supuesto, tengo que aprender y competir si quiero mejorar fué mi sincera y clara respuesta. Tengo otras imágenes de la situación, tal vez otro día aporte alguna cosita. Un saludo, papas fritas y good show!!! Como decía un humorista político, Don Tato Bores.
Mercedes, gracias por compartir tu experiencia.
Al leer tus palabras me vienen a la cabeza dos comentarios distintos:
– El relativo al perfil público que reflejamos en estos medios.
– El relacionado con el concepto de «las empresas» como ente abstracto.
en cuanto al perfil, coincide que llego a tu texto el mismo día que leo el de Raúl Hernández González sobre las posibles consecuencias de mostrarnos como somos http://blog.raulhernandezgonzalez.com/2016/10/mostrarnos-como-somos/ Creo que hay ciertos puntos en común entre vuestros respectivos textos.
Respecto a «las empresas», llevo años defendiendo que las empresas no existen, quienes existen son las personas que trabajan (trabajamos) en ellas. Lo que te transmitió la persona con la que tuviste la entrevista es la visión de la empresa en tanto en cuanto esa persona esté allí, y es posible que deje de serlo en cuanto deje de estar (que tal y como la describes es algo que va a pasar antes o después).
La visión de esta persona describe a alguien que no ha empezado siquiera a darse cuenta del mundo en el que vive y q. Siguen quedando muchos, pero están
Mercedes, gracias por compartir tu experiencia. En cierto modo me veo identificado.
Al leer tus palabras me vienen a la cabeza dos comentarios distintos:
– El relativo al perfil público que reflejamos en estos medios.
– El relacionado con el concepto de «las empresas» como ente abstracto.
En cuanto al perfil, coincide que llego a tu texto el mismo día que leo el de Raúl Hernández González sobre las posibles consecuencias de mostrarnos como somos http://blog.raulhernandezgonzalez.com/2016/10/mostrarnos-como-somos/ Creo que hay ciertos puntos en común entre vuestros respectivos textos.
Respecto a «las empresas», llevo años defendiendo que las empresas no existen, quienes existen son las personas que trabajan (trabajamos) en ellas. Lo que te transmitió la persona con la que tuviste la entrevista es la visión de la empresa en tanto en cuanto esa persona esté allí, y es posible que deje de serlo en cuanto deje de estar (que tal y como la describes es algo que va a pasar antes o después si es que la empresa quiere subsistir).
La visión de esta persona describe a alguien que no ha empezado siquiera a darse cuenta del mundo en el que vive y que trata de aplicar conceptos aprendidos en el pasado a una realidad que le ha superado por completo. Siguen quedando muchos, pero están en franca decadencia, aunque sea simplemente por selección natural.
Suscribo 100 % el contenido, enhorabuena. Las marcas personales forjadas en lo individual asustan a las empresas, y las marcas fuertes dan pavor. Por suerte esto está cambiando, al final es necesario abrirse al mercado desde la empresas, y necesitan buenos comunicadores, buenos embajadores y personas con principios y valores, con opinión y con capacidad de influencia. Nos seguimos.
Pablo Adán, consultor de marca personales 8también para empresas) http://www.pabloadan.es
Entrada muy interesante, cada vez más importante la marca personal en el mundo laboral! Un saludo y visita nuestro blog.
Muchísimas gracias por la mención, es el mejor regalo que podía esperar de este 2017 Andrés!