Te pongo en situación: 8 de la mañana, primer día de trabajo, en un sala fría y con música ambiente, esperando donde te ha «colocado» la secretaria del director general de la misma forma en que tu madre colocó en aquella esquina el jarrón chino que heredó de su suegra. Llega el responsable del departamento y te dice: ¿Así que tú eres Mercedes? -Sí, contesté- Aunque si no le importa me puede llamar Meme! -Perdón?- Sí, que le decía que me puede llamar Meme, ya sé que puede sonar a nombre de caniche… pero es cómo me llama mi entorno más cercano y es cómo me siento más cómoda.
Se hizo el silencio, debieron de ser segundos pero a mi me parecieron horas, ¡y varias! la verdad es que sólo viéndole la cara a aquella criatura, me quería morir y claro, inmediatamente vino la respuesta -«Mira, en esta empresa somos muy serios, te daré un consejo, aquí tus bromas no se van a entender y no van a ser bienvenidas, si yo fuese D. XXXXX (prefiero omitirlo, porque no voy a dar coba ni protagonismo en mi blog a este señor) te diría que aquí se viene a trabajar y no a hacer chascarrillos…
Y es que, todavía, hay gente que no entiende que el sentido del humor también puede (y debe) llevarse y aplicarse en el trabajo, algunos siguen viéndolo como algo maldito, ¿os acordáis de aquello que nos decían, hasta hace bien poco, de que las emociones y los problemas de uno se dejaban colgados en el perchero antes de comenzar a trabajar? Pues eso mismo debió pensar aquel elemento, que el sentido del humor se quedaba de puertas afuera en aquella empresa.
Tristemente, y muy a menudo, confundimos profesionalidad con ausencia de humor, como si la capacidad de hacer reír y de reírse de uno mismo fuese un desmerecimiento.
Pues yo no sé vosotros, pero yo, no concibo pasar ocho horas (o +) en el trabajo sin bromas o sin risas, porque estoy convencida de que el sentido del humor, ayuda a hacer tu trabajo y el de tus compañeros mucho más productivo.
Profesionalidad y sentido del humor son perfectamente compatibles y por supuesto, complementarios, eso sí, el sentido del humor tiene que ser como el azúcar, en su justa medida, porque lo poco amarga y lo mucho empalaga. Como en toda parcela de la vida, debe haber un equilibrio entre profesionalidad y humor, hay que saber dónde están los límites, qué es sentido del humor o ironía fina y que pasa a ser una broma de mal gusto o un comentario fuera de contexto.
Definitivamente os habla una convencida de que el sentido del humor es una competencia más (y de las más importantes) y a la que deberíamos dar mayor peso en la selección de talento, qué ¿por qué? Te daré tres importantes razones:
- Porque es una poderosísima herramienta para salvar determinadas situaciones complicadas en el trabajo. ¿Quién no ha soltado en medio de una reunión enfrascada o enroscada una guasa para aliviar tensiones y seguir? El que esté libre de pecado que lance la primera piedra…
- Esa misma chanza de la que te hablaba antes también sirve para fomentar la creatividad ¿qué, por qué te preguntas? porque destensa nudos, porque trivializa los problemas y los hace más pequeños, además de cómo no, reducir el nivel de estrés.
- Fomenta la motivación de uno mismo y de los que te rodean, porque en todas las empresas queremos personas que no sólo hagan su trabajo sino que además se vuelquen en su actividad con ganas, ilusión y entusiasmo.
Mi Marca Personal: El sentido del humor en el trabajo
Pues eso, que desde aquel día aquella profesional pasó a guardarse su sentido del humor en el bolsillo y rara vez, se pronunciaba sobre otra cosa que no fuese sobre lo que estrictamente se le pedía que se pronunciara. (Claro, ésto fue así hasta qué buscó un sitio donde el sentido del humor era valorado no como un lastre, sino como una aptitud más)
Y es que después de aquella puñetera experiencia profesional, apuesto más que nunca, por el sentido del humor en el trabajo, es más, hoy por hoy, soy consciente de que este competencia forma parte y tiene un gran peso dentro de mi marca personal. Lo reconozco, no concibo estar en mi trabajo sin soltar alguna que otra coña o chascarrillo, y no es que sea o me sienta una payasa, o que no me tome nada en serio, no es eso, es que ésta socarronería me ha servido y me sirve cada día como flotador para no hundirme en la maraña del entorno profesional, vamos que una chanza dicha con naturalidad le quita hierro a cualquier asunto y relaja el ambiente, haciéndolo más distendido y motivante.
Qué ha aportado el sentido del humor a mi marca personal
⇒ Para cualquier profesional de RRHH que como yo, cada día tiene el reto de ponerse delante de personas para intentar conocerlas un poco más, con el perjuicio de que tenemos muy poco tiempo para hacerlo, el sentido del humor «suaviza» y relativiza cualquier pregunta o cuestión y hace mucho más sencilla la tarea de empatizar con el que tienes frente e incluso de explorar más allá de lo que simplemente te cuenta el candidato, por no decir, que indiscutiblemente fomenta la comunicación entre las partes!
⇒ El sentido del humor humaniza tu marca personal. No, no te confundas! que no se trata de que te montes monólogos en plan «Club de la Comedia», se trata de mostrar tu lado personal, a veces es conveniente perder de vista la estrategia y ser tal cual uno es. Así que, permítete de vez en cuando, una broma, una guasa o un cachondeo.
⇒ Tener sentido del humor, significa empezar por reírse de uno mismo y de sus errores, y por supuesto, reírse con los demás (que no de los demás, que todavía hay muchos «graciosos» que confunden ésto), todo ésto, sin duda, hace que te conviertas en una profesional mucho más resiliente.
⇒ Y para acabar, ten en cuenta que cada uno de nosotros emplea un registro humorístico distinto y es bueno saber cuál es el de cada uno, porque al final, ¿sabes qué? que ésto me ha permitido conocerme mejor y saber cuál es mi verdadera propuesta de valor.
⇒ El sentido del humor, te muestra tal y cómo eres, y saca lo mejor de ti mismo.
Curiosamente mientras escribía este post hace algunos días me tope con estas maravillosas palabras de Eloy Cánovas que creo sintetizan a la perfección lo que os he querido transmitir en estas líneas:
«Si el plumaje no es el tuyo;
ni son tus alas,
ni es tu vuelo,
ni es tu cielo.»
Conclusión: No, no pienso renunciar nunca al sentido del humor, ni dejar de ser yo misma para agradar profesionalmente, ni falta que me hace!
Aviso, pienso seguir entrenando mi «coeficiente humorístico» como algunos lo llaman, porque recuerda siempre, que el sentido del humor es una eficaz herramienta de trabajo pero siempre que vaya acompañado de una actitud natural, constructiva y respetable.
Foto by Manuel Morillo
8 ideas sobre “Mi Marca Personal y el sentido del humor”
Buenos días Mercedes,
Me ha encantado tu entrada. Estoy totalmente de acuerdo con que el humor es algo necesario para todos y mucho más en el trabajo donde pasamos una tercera parte (o más) de nuestro día.
En cuanto a las entrevistas es verdad que se hace más amena una entrevista con un poco de humor tanto para el entrevistador como para el entrevistado, ya que a veces los candidatos se ponen muy nerviosos o estresados en una situación de este tipo y no se muestran del todo como son, algo de humor les sirve para relajarse y desestresarse un poco.
Un saludo 😊.
Hola María José, muchas gracias por comentar mi artículo. Así es, el humor es necesario en el área de RRHH o de Personas, lo que pasa es que muchas empresas siguen encorsetadas en sus jerarquías, normas, rigideces y corbatas… hay que cambiar, no hay excusas, las cosas han cambiado, hay que atraer al mejor talento y para ello debemos fomentar empresas sanas y felices, empresas donde la gente quiera trabajar, y sin duda, el sentido del humor, el poder comportarse en el puesto de trabajo como uno es realmente, hace que la gente esté a gusto, ¿no crees?
¡Hola, Mercedes!
No puedo estar más de acuerdo con lo que reflejas y predicas en este artículo. A fin de cuentas, para ser felices en un trabajo tenemos que poder ser nosotros mismos, y si una parte fundamental de nosotros es ver las cosas con humor, no conseguiremos cuajar nunca en una empresa en la que se perciba un tono alegre como falta de profesionalidad. Pobres ellos. Desde luego, cada persona es de una forma, pero si «mi marca personal» incluye el trabajar de buen humor (¿quién quiere ir cabreado a trabajar, me pregunto?), no me voy a sentir a gusto reprimiendo mi personalidad durante horas y horas al día.
Así que sí, yo también animo a mis alumnos siempre a tratar de dar un toque ligero a cualquier trabajo, ya que si quitamos el componente de rigidez formal de las conversaciones y darle un poco de humor, nos podemos quitar un peso de encima para centrarnos en lo que importa: hacer las cosas bien y de manera profesional. Veo esta rigidez como un desperdicio de energías.
Y, sinceramente, no deseo trabajar con gente seria. Por eso decidí empezar un blog, cambiar de trabajo y de vida. Y el resultado es asombroso, incluyendo la cantidad de veces que sonrío al día mientras me afano.
Gracias por tu artículo y buen (y sonriente) trabajo,
Carlos (Prismalize)
Hola Carlos! 1000 Gracias por leer este artículo, y por supuesto, gracias por comentarlo. No puedo más que darte la razón, nadie quiere trabajar con gente cabreada, o al menos, nadie con las cosas claras. La rigidez ni es productiva, ni al final, genera beneficios para la empresa, ni a nivel de talento ni mucho menos, a nivel económico. Por eso, siempre pregunto a las empresas ¿Cómo quiere que se sienta su gente? ¿Y cómo cree que puede la empresa a contribuir a tener gente feliz y productiva? No hay excusas! hay que provocar cambios en las empresas, y dejar a la gente sonreír, reír y ser feliz ¿no crees? 😉
Buenos días Mercedes
Agradezco enormemente tu post, lo suscribo y lo comparto (vaya si lo comparto).
El sentido del humor, la energía y vitalidad son mi marca personal. En algunas ocasiones he sentido lo mismo que tú, parece que por soltar «chascarrillos» o impartir una formación como un monólogo de un famoso programa somos menos profesionales o nos tomamos todo a jauja, cuando el sentido del humor es de lo más serio que hay.
Gracias nuevamente y me uno a ti en eso de tomarte la vida con una sonrisa (incluso a veces carcajada).
Muchas gracias querida Rebeca, por dos cosas, primero, por dedicarme un ratito y leer mi post, y segundo, por tus palabras. No sabes cómo me alegra ver cómo hay profesionales que lo tienen tan claro como yo, el sentido del humor, definitivamente, no está reñido con ser profesional, y por supuesto, estoy contigo, la vida a tomársela con una sonrisa y si puede ser con carcajadas (con todo lo bueno que traen: mejora de la salud, liberación de endorfinas, relajación, motivación, creatividad…) mucho mejor. Graciass infinitas! 😉
Hola, Mercedes,
Me ha gustado tu comentario. Pienso que el sentido del humor transmite personalidad pero que no siempre es momento de aplicarlo.
Me explico: lamentablemente, en las entrevistas de trabajo, muchas veces debemos aparcarlo, sobretodo si tienes una personalidad como la mía, que por reír no me importa reírme de mi mismo. Y claro, eso no todo el mundo lo entiende. Pueden verte como un payaso, como tu bien dices. Y tu no pretendes eso, evidentemente. Porque, para mi, reírse de uno mismo y compartirlo expresa humildad (y me gusta transmitir humildad) Incluso me atrevería a decir que expresa respeto (me gusta transmitir respeto)por los demás: no haces burla de los defectos de otro, prefieres hacerlo contigo mismo.Por una carcajada conjunta pones en riesgo una reputación, la tuya, que a menudo te ha costado construirte (meses de marca personal, de CV revisados, reescritos, actualizados, de palabras clave, de perfiles profesionales muy trabajados).
Mi conclusión es que debes saber tener sentido del humor. Humaniza, sí. Pero también libera y quitar el freno, según donde te encuentres y con quien, puede que sea pernicioso para ti (tu naturalidad puede no ser entendida). Ahí ya dependes totalmente de la CALIDAD HUMANA de quien te entrevista.
Un saludo
-Francesc