Empleabilidad: No se trata de lo que tu quieras, sino de lo que seas capaz de aportar

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Foto by ®Manuel Morillo

Foto by ®Manuel Morillo

Puede que no te guste este post

Lo sé y además soy consciente de que alguno o alguna puede verlo como una o**** a mano abierta y de imprevisto, pero nada más lejos de mi intención.

Lo intuyo porque sólo con el leer el título es posible que te quedes noqueado, o lo mismo, al leerlo te sientes zarandeado como diría mi compañera Helen Gómez Ruano y ahí, empieces a darle vueltas al asunto y en el mejor de los casos, termines reflexionando sobre esa pregunta que te vengo haciendo de un tiempo a esta parte: ¿Estás haciendo todo lo que está en tus manos dentro de tu proceso de búsqueda de nuevas oportunidades o de reinvención profesional?

En estos últimos meses cuándo planteo esta cuestión a otras personas, que si creen que se están enfrentando a su búsqueda de oportunidades profesionales poniendo toda la carne en el asador, me contestan que sí, ¡que por supuesto, que lo están haciendo! Sin embargo, cuándo les pregunto, por ejemplo, cuánto tiempo dedican a ello diariamente, algunos me contestan que muchos días hasta 3-4 horas (tiempo suficiente para ver las ofertas de todos los portales de empleo habidos y por haber).

Eso por no hablar de cuando pregunto qué es lo que saben hacer o qué problemas solucionan, –A ver, explícame cómo tu producto o servicio, eso que sabes hacer tan bien resuelve los problemas de tus  posibles clientes, o mejora su día a día, o Y… ¿por qué querrían trabajar contigo?– pregunta a la que pocos saben contestar y que les plantea mi compañera Bea Castillo en este artículo.

De verdad, ¿estás haciendo por tu empleabilidad todo lo que está dentro de tu ámbito de responsabilidad?


Date una oportunidad y léelo

Ya te lo dije, éste post no te iba a gustar, o sí, pero  para ello tienes que seguir leyéndolo hasta el final, y además te tienes que comprometer, comprometer a contestar(-te) de forma honesta a las cuestiones que te iré planteando a lo largo del post.

A ver, empecemos,  si en un trabajo normal tienes que estar una jornada de 8 horas, ¿por qué ahora que estás con el trabajo más complicado y a la vez más importante que es buscar trabajo te conformas con mirar las páginas de los portales de empleo, cierras tu portátil, y dejas pasar otro día más sin que ocurra nada?

¿Por crees qué no eres capaz de contestar a la pregunta de cuál es tu talento, o dónde reside tu #brillibrilli? que diría aquí Elena Arnaiz. Lo sé, porque no nos han enseñado a mirarnos dentro, y a veces cuándo nos paramos a mirar lo que vemos no nos gusta, me ha pasado a mi y a ti, con casi toda seguridad, ahora, lo siguiente es cuestionarnos ¿y qué podemos hacer para cambiar eso que no nos gusta, o eso que nos está limitando? Sin reflexión, no hay toma de consciencia, y sin ésta, no hay acción. Y lo más triste, seguimos estando donde mismo.

Antes daba por hecho, que cualquier persona que estaba buscando una nueva oportunidad profesional, tenía claramente definida su estrategia de búsqueda de empleo, ahora pregunto a cada persona, porque veo que vamos en ‘piloto automático’  todo el tiempo, que en algo tan importante como en buscarnos las papas vamos dando pasos por inercia,  porque así lo hice la última vez y sonó la flauta, porque a fulanito le ha funcionado, o porque es lo que he leído en el blog de éste o de aquél gurú que era lo que tenía que hacer.

Veo que ahora también te ha dado por mostrarte en redes sociales  y digo por mostrarte porque eso que haces no es marca personal ni visibilidad, o si lo es, pero no es la visibilidad que necesitas para tu producto, porque enseñarnos tus looks diarios, mostrar de forma compulsiva tus zapatos, tus comidas con amigas, tu pueblo, o tus reflexiones nocturnas cargadas de veneno son un p******* aburrimiento y sinceramente, no aportan nada, más que hastío y el cansancio de tu comunidad, eso si es que has logrado tener en algún momento una comunidad, más allá de tu madre y de tu tía Pepi.

Has escuchado por ahí que las redes son la solución, yo misma asistí a un curso de marca personal impartida por una administración pública donde la formadora se limitó a explicarnos cómo abrirnos perfiles en todas las redes para simplemente ‘estar ahí’ como solución a nuestras circunstancias profesionales. Por favor, seamos sensatos y seamos capaces de separar el grano de la paja, de cuestionar la información que nos llega y las personas que nos acompañarán en este camino, estamos saturados, infoxicados y rodeados de mucho pseudo-profesional que nos ofrece sus recetas milagro cuando no ha estado en su  puñetera vida en desempleo o no se ha tenido que enfrentar nunca un proceso de cambio profesional.

Así que cuándo estas personas a las que acompaño en su proceso de desarrollo profesional me preguntan por la utilidad de las redes, siempre les planteo lo mismo:

    • ¿Eso que sabes hacer en qué te diferencia de otros? ¿Lo tienes ya identificado? Tú no vas a inventar la pólvora, porque ya está todo inventado, pero seguro que haces de forma única eso que sabes hacer, ¿estás seguro que lo tienes?
    • ¿Has probado a mostrarlo y te han llegado clientes? ¿Has validado tu producto? Recuerda que el mejor KPI de una marca personal es el dinero, te lo cuenta muy claro Fran Segarra en este post. 
  • ¿Dónde están las personas o empresas que pueden contratarte? Si no están en Facebook, o en Instagram y sólo están en Linkedin ¿crees que tienes que estar como Dios, en todos sitios?

Realmente, ¿sabes qué es eso de la marca personal? La marca personal no es nada nuevo, existe de toda la vida, tampoco es la panacea, ni la solución a tu situación de desempleo, no lo es si no estás dispuesto a invertir en su gestión, en saber que te hace diferente, o cuáles son tus clientes, o cómo puedes comunicar tu propuesta de valor.


Y ahora llega lo más importante del post

Y llegados a este punto (pues leer sólo esta última parte, tú mismo), es aquí dónde reside el quid de la cuestión: tu propuesta de valor, porque ésto de la empleabilidad no va de lo que tu quieras sino de lo que seas capaz de aportar, te lo podría decir de otra forma, pero prefiero no anestesiar el tema, porque cuando despiertes la realidad y el dolor seguirán estando ahí.

Hace unos días preguntaba a una persona qué era lo que podía hacer por una empresa si fuera la persona elegida para formar parte de ella ya que estábamos montando su argumentario de ventas (espero que tú ya tengas el tuyo), a lo que me contestó textualmente: ‘Estoy buscando una empresa en la que poder desarrollarme profesionalmente, y crecer con ella’

Y a mi se me descompuso la cara al escuchar esta frase tan manida, porque ésto no va de lo que tú quieras, porque entonces siento que no hemos aprendido nada, que queremos seguir buscando empleo como antes, sin importarnos absolutamente nada que nos traiga o no resultados, siento que no somos conscientes de que en el mercado laboral actual si no aportamos no importamos que diría mi admirado Guillem Recolons , por cierto, la persona que más sabe de este país sobre cómo montar nuestra propuesta de valor.

Porque mirar para dentro está muy bien, y es necesario en este proceso, pero donde debemos poner foco es en lo que somos capaces de aportar, y yo sinceramente no soy la profesional que más sabe sobre cómo montar nuestra PDV (para eso ya están además de Guillem, los chicos de Street Personal Branding con este vídeo o mi colega Enrique Cejudo en este post, pero he tenido que trabajar ésto en carnes propias, y estas son las reflexiones que después de hacerlo puedo compartir contigo:

♠ Somos muchos los profesionales que estamos en el mercado, y seamos sinceros, parece que todos hacemos lo mismo. ¿Cómo podemos entonces diferenciarnos de los demás? Te aviso, no es tarea fácil ni inmediata.

♠ Tengo que ser capaz de contestar a las preguntas: ¿Qué problemas resuelvo? y aquí no te puedes centrar en ti, sé generoso y céntrate en tus posibles clientes, ¿Qué va a ganar esa empresa si te contrata? ¿Qué necesidades estoy satisfaciendo? ¿Cómo puedo hacerles ganar tiempo o dinero? o ¿Qué hago para mejorar sus procesos?

♠ Tu propuesta de valor no puede quedarse sólo una frase bonita, tiene que responder a una realidad.

♠ Tienes que ser capaz de mostrar tu propuesta de valor (PDV) tanto en el offline, cara a cara con un cliente, éste es el momento de soltar tu pitch, como en el online, en todas tus publicaciones, las más profesionales y las más personales, y por supuesto, éstas deben ser coherentes con tu marca y con tus valores, esos que también tienen reflejo en tu propuesta.

En mi caso, no puedo limitarme a poner que soy una simple ‘Profesional de RRHH’ porque como yo habrá miles, pero si puedo decir:

Como profesional del ámbito de la Gestión de Personas mi trabajo es conectar a personas y organizaciones, buscando siempre el encaje perfecto en este puzzle,  conociendo de primera mano y gracias a mis +15 años de experiencia en RRHH las necesidades de talento que tienen las empresas, y comprendiendo a su vez, lo que buscan encontrar los profesionales al incorporarse a una organización, todo ello, siempre desde la sonrisa y el humor’

Y tú, ¿de verdad que estás poniendo todo de tu parte en tu camino hacia la empleabilidad?

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4 ideas sobre “Empleabilidad: No se trata de lo que tu quieras, sino de lo que seas capaz de aportar”

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